Que viajar con tu gato no sea un problema
Los gatos de forma natural se organizan en colonias felinas. Viven en las inmediaciones de lugares con recursos y resguardo, y no se juntan con otros gatos que no sean de su colonia salvo en algunas ocasiones puntuales. Siguen rutinas estrictas y cualquier cambio en ellas les genera un elevado estrés, predisponiéndolos a padecer alteraciones de la conducta (agresividad, eliminación inadecuada, maullidos constantes, lamido compulsivo, autolesión…) o incluso problemas graves de salud (lipidosis hepática…). Así, cualquier cambio en el hogar, como mover los muebles, las visitas, o incluso cambiar el color de una pared, pueden ser situaciones que pongan en riesgo su bienestar, por lo que será necesario llevar a cabo las medidas adecuadas para minimizar el estrés en cada situación.
A tener en cuenta:
En este artículo se detallan una serie de cuestiones a tener en cuenta para conseguir minimizar el estrés durante el transporte, asegurando el bienestar del animal y facilitando este momento tanto a los propietarios como a los veterinarios clínicos. En definitiva, se trata de conseguir cumplir la regla de oro: el gato debe sentirse seguro en el transportín.
- El transportín debe ser duro y suficientemente amplio como para que el animal pueda girarse sin problema.
- El transportín debe estar siempre disponible y abierto en una estancia del hogar donde el gato se sienta cómodo.
- Nunca hay que obligarle a entrar, sino que se le debe invitar a ello. Para conseguir que entre por su propia iniciativa, con el trasportín sin tapa, se le debe ofrecer comida apetecible dentro, feromonas apaciguantes (por ejemplo, Feliway®) y una mantita. Las feromonas ayudarán a relajar al gato: no son fármacos, sino que son moléculas sintéticas que imitan las sustancias que liberan los gatos de forma natural como señal de calma.
- Una vez que se habitúe y le guste el sitio, se puede poner la tapa y mantener la puerta abierta. Poco a poco, se puede cerrar y abrir, para que vea que no ocurre nada negativo. Llegados a este punto el gato entrará y saldrá del transportín sin problema. A partir de este momento, se debe dejar de poner comida en el interior, y sólo se debe premiar con comida los momentos en los que el gato entre por su cuenta. Así, se creará un vínculo transportín-recompensa que nos facilitará el manejo del animal en el futuro.
La regla de oro:
Conseguir que el gato se sienta seguro en el transportín puede ser cuestión de horas o semanas: dependerá de la edad del animal, si ha vivido situaciones estresantes en el transportín y de su carácter individual. Algo que podría ayudar a que el gato pierda el miedo a entrar al transportín es conseguir un transportín que sea totalmente nuevo para él. Es importante mantener el refuerzo positivo, premiando los momentos en los que el animal entre al transportín, aunque no tengamos intención de transportarle en ese momento. Así, manteniendo ese vínculo transportín-premio se fijará ese aprendizaje y habremos conseguido la regla de oro: que el gato se sienta seguro en el transportín.
Que no vea el exterior:
Cuando haya que transportarlo, se debe tapar el trasportín con una tela para que no pueda ver el exterior, ya que hay multitud de estímulos que le causarán miedo y estrés. Así, irá mucho más relajado al estar en penumbra, sin ver el exterior y en un lugar seguro para él (gracias a la asociación transportín-recompensa). Si el gato acepta premios durante el transporte, debemos ir premiándole con golosinas para gatos. Si no acepta los premios porque está muy nervioso, es mejor dejarlo tranquilo y tapado. Además, se puede rociar el transportín con feromonas apaciguantes media hora antes del transporte para ayudarle a sentirse relajado y tranquilo.
Por último, después del transporte hay que lavar el trasportín, la manta de su interior y la tela para cubrir el transportín con agua y jabón neutro, sin perfumes u olores fuertes, para eliminar las feromonas de alerta que el gato ha eliminado en su interior. Una vez seco, se debe volver a dejar el transportín abierto y disponible, y seguir reforzando el vínculo transportín-recompensa para facilitar futuros transportes asegurando el bienestar de del animal.