USO RESPONSABLE DE ANTIBIÓTICOS EN ANIMALES DE COMPAÑÍA.
Aunque automedicar a nuestras mascotas es desaconsejable en todas las ocasiones, esta práctica es especialmente peligrosa cuando se trata de la administración de antibióticos sin la supervisión de un profesional sanitario.
Administrando antibióticos sin un diagnóstico y un control, favorecemos que las bacterias presentes en el organismo de nuestros animales desarrollen mecanismos de resistencia contra estas sustancias, volviéndose, poco a poco, indestructibles.
- Estas bacterias resistentes no son exclusivas de nuestras mascotas, sino que entre animales, humanos y medio ambiente hay un intercambio continuo de microorganismos. De esta forma, las bacterias resistentes circulan entre todos los seres vivos y el ambiente que los rodea, llegando a ser un grave problema para la salud mundial, tanto humana como animal.
- La creciente aparición de bacterias resistentes a antimicrobianos se ha convertido en un problema de salud pública a nivel mundial, disminuyendo cada vez más las opciones terapéuticas y provocando un aumento de la mortalidad causada por enfermedades infecciosas. Actualmente, cerca de 700.000 personas mueren cada año debido a este problema, de manera directa o indirecta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2050 la cifra alcanzará los 10 millones de muertos al año si la situación sigue la progresión actual.
- No todo lo que parece una infección lo es, y no todos los antibióticos sirven para todos los tipos de infección. Tu veterinario sabrá valorar si es necesario establecer un tratamiento con antibióticos, y si es así, te indicará cuál es el más adecuado y a que dosis debes administrárselo a tu mascota.
- Uno de los pilares fundamentales del uso responsable de los antibióticos es utilizar pautas correctas de tratamiento. Es importantísimo saber cuál es la duración correcta del tratamiento en función del antibiótico utilizado y la infección que se quiera tratar. Administrar los antibióticos menos tiempo del indicado favorece la aparición de resistencias, aumenta el riesgo de recidiva y disminuye su eficacia en próximas ocasiones.
- Los antibióticos pueden tener efectos secundarios en tu mascota. Los más frecuentes son diarrea, vómitos, apatía, anorexia o hipersensibilidad. Por eso es de gran importancia que la mascota esté supervisada por un profesional que pueda anticipar estos efectos y tratarlos si fuese necesario.
Por ello, si crees que tu mascota tiene una patología que requiere el uso de tratamiento antibiótico, no dudes en contactar con tu veterinario para que pueda asesorarte. Es tarea de todos controlar este problema y hacer un uso responsable de los antibióticos.