Acude a consulta un gato con lesiones en la extremidad anterior derecha. Estas lesiones eran rojizas, granuladas con un halo a su alrededor, alguna de ellas ulceradas, así como elevadas y alopécicas. Algunas de ellas habían aparecido hace relativamente poco, pero otras llevaban meses.
Su historia clínica estaba basada en ciclos de antibióticos (Amoxicilina+Ácido Clavulánico), limpiezas con clorhexidina diarias y los propietarios referían haber visto leve mejoría con dicho tratamiento.
Tras observar un empeoramiento del animal, acuden al Centro Veterinario Vetsalud San Sebastián de los Reyes, debido a que observan un mayor número de lesiones en la extremidad. El animal no presentaba ningún síntoma más. La exploración física general fue completamente normal.
Se realizó una analítica sanguínea: en el hemograma, se observó una ligera anemia, además de una marcada eosinofilia. En la bioquímica, se observó la ALT, que es una enzima hepática, elevada.
Tras proceder a la sedación ligera del animal, se tomó una muestra de las lesiones en la extremidad para realizar una citología diagnóstica.
El diagnóstico fue de granuloma eosinofílico felino.
El complejo granuloma eosinofílico se define como un grupo de enfermedades de la piel en gatos de origen inflamatorio. Puede aparecer en el gato en tres formas diferentes: placa eosinofílica, úlcera eosinofílica y granuloma eosinofílico.
Como tratamiento, se diseñó un plan de actuación basado en corticoterapia por vía oral a dosis inmunosupresoras, así como un protector hepático felino, debido a que el animal presentó la ALT elevada. Esta terapia farmacológica se combino además con una dieta hipoalergénica de forma estricta.
Tras un mes y medio de tratamiento y controles analíticos, las lesiones del animal desaparecieron por completo.