Elena Montoliu, Veterinaria de nuestro centro Vetsalud San Sebastian de los Reyes, nos habla sobre la Enfermedad Inflamatoria Crónica Intestinal (IBD por sus siglas en inglés – Inflammatory Bowel Disease)
La Enfermedad Inflamatoria Crónica Intestinal o IBD (Inflammatory Bowel Disease) en el perro, es un desorden inflamatorio crónico que se produce a nivel del intestino delgado, que cursa con signos gastrointestinales de forma crónica y persistente. Tiene una base inmunomediada.
Se caracteriza por un fallo en la permeabilidad de la mucosa intestinal, que desemboca en una inflamación de la misma, la cual es la causante de dichos síntomas.
Se considera que los perros afectados suelen tener de forma mayoritaria edades entre medias o avanzadas, pero no se ha demostrado que exista predisposición en cuanto a la edad o sexo.
La enfermedad, se puede clasificar desde un punto de vista histopatológico en diferentes tipos de enteritis.
En cuanto a su etiología, esta es de tipo multifactorial, y existen diferentes estudios que afirman que existe una predisposición genética, viéndose potenciada por factores ambientales, la dieta o bien por la propia microbiota del intestino delgado.
Signos clínicos:
Pueden variar, pero principalmente nos encontraremos con:
- Diarrea crónica de intestino delgado, las cuales pueden presentar un aumento de su volumen, color mostaza, así como un aumento de la frecuencia de deposición.
- Vómito crónico, el cual suele ser bilioso y con mayor frecuencia sin alimento.
- Pérdida de peso.
- Alteración del apetito.
- Dolor abdominal en algunos animales.
Diagnóstico:
Para realizar un correcto diagnóstico, es de especial importancia una buena historia clínica, así como la realización de pruebas para descartar:
- Causas dietéticas.
- Enfermedades metabólicas.
- Causas parasitarias.
- Síndromes de maldigestión, como puede ser la Insuficiencia Pancreática Exocrina, por ejemplo.
Tras descartar todo lo anterior, el paso final es la realización de una endoscopia digestiva superior con toma de muestra para biopsia de la mucosa intestinal, el cuál nos dará el diagnóstico definitivo.
Tratamiento:
El correcto manejo de la enfermedad se basa en una combinación de un tratamiento dietético y farmacológico de forma simultánea.
En cuanto a la dieta, éstas deben ser hipoalergénicas, con proteínas hidrolizadas, altamente digestibles, con bajo contenido en grasa, y bajas en fibra. Es muy importante que ésta sea exclusivamente la dieta el animal.
El tratamiento farmacológico está condicionado por factores como los signos clínicos que presenta el animal. En base a estos signos clínicos y a los hallazgos del veterinario, se pautarán corticoides, que son los fármacos de primera elección; además de su combinación en ocasiones con metronidazol, y probióticos.