Lucía Martínez Villalba, veterinaria del Grupo Peñagrande, nos explica cómo afectan la nieve y el frío a nuestros pequeños:
La llegada del invierno es una época muy feliz para nuestras mascotas porque juegan en la nieve durante largos periodos de tiempo o caminan junto a nosotros por las montañas nevadas. No obstante, es también un gran peligro en ciertos aspectos. A continuación, se van a describir algunos de los posibles riesgos con sus respectivos puntos para prevenirlos.
Las bajas temperaturas hacen que se produzca la congelación de algunas partes del cuerpo desde las orejas a la cola, prestando especial atención en las almohadillas ya que van a estar en contacto directo con las superficies frías y son muy sensibles. Este hielo puede provocar quemaduras en las almohadillas dando lugar a lesiones desde leves hasta muy graves en función de la temperatura y el tiempo de exposición al frío. Para estos casos puede ayudar el uso de botas para las extremidades que eviten el contacto directo con la nieve/hielo así como pomadas específicas para endurecer estas partes del cuerpo y conseguir que sean menos sensibles. En el caso de que ya se haya producido el daño, existen diferentes soluciones tópicas que podrá recomendarle su centro veterinario.
Es importante remarcar que, en estas fechas, se emplean abundantes anticongelantes y productos para evitar que se obstaculice el paso ciertas zonas, en muchas ocasiones, estos productos son tóxicos para nuestros animales. Por ello, si está usted en zonas frías y de nieve y nota a su mascota con un cuadro clínico inespecífico, es decir, síntomas de letargia, desubicación, debilidad y nauseas, entre otros, no dude en acudir al veterinario. La rápida actuación tanto del propietario como del profesional determinarán el pronóstico y la evolución del proceso.
Por último, todos sabemos que nuestros peludos son muy curiosos y tienden a oler y, en muchos casos comer, todo lo que les resulta novedoso. Existen diferentes estudios descritos en los cuales tanto perros como gatos ingieren la nieve provocando luego cuadros digestivos de diarreas y vómitos. Si este es el caso de su mascota intente evitar la ingesta de nieve corrigiendo este comportamiento, y en el caso de que no sea posible evitarlo, no le suelte a pasear sin correa por zonas donde haya abundante nieve para tenerle un poco más controlado.
Estos son algunos de los peligros que están relacionados con la nieve y el frío en nuestras mascotas, si tienes cualquier duda, ponte en contacto con la Clínica Veterinaria Peñagrande más cercana y estaremos encantados de ayudarte!